El uso de cannabis en las fases tempranas del embarazo puede tener efectos sobre el desarrollo inicial del cerebro del producto. Del mismo modo, otros estudios han establecido una relación entre el consumo de cannabis durante la gestación y la probabilidad de brotes psicóticos en los hijos adolescentes.
En particular, se considera que el THC, que puede atravesar la barrera placentaria para afectar directamente al desarrollo del feto, influye en el desarrollo de las habilidades cognitivas.
Investigaciones en ratas indican que el estar expuesto aun a bajas concentraciones de THC en los últimos meses del embarazo puede tener consecuencias profundas y perdurables en el cerebro y el comportamiento del bebé.